Bonet Castellana.
3 Conjuntos de apartamentos en el Cap de Salou
Date: 2010
Author: Pablo Roel
Awards: Premi AJAC en categoria d'assaig
Links: http://upcommons.upc.edu/handle/2099.1/12764, http://tectonicablog.com/?p=38557
English/
3 COMMON APARTMENTS IN CAP DE SALOU
In the early 60’s, the aggregation systems define the first housing developments at the natural and rocky area of Cap de Salou.
The urban process of Cap de Salou starts in the early 60’s. This natural space, located beside the sea, was virgin and rocky, so it was considered to have the best landscape conditions for the business of mass tourism. Opposite to the brutal development of the 70’s, the first urban interventions in this area were small projects designed with modest programs that allowed architecture to become part of the natural landscape.
It was in this moment that the first works made by Bonet Castellana and Puig Torné took place. Between 1960 and 1965, both architects developed the urban plan of the area and also realized different remarkable examples of housings, as the Chipre, the Madrid and the Cala Viña apartments. Since the individual houses were projected with a simple combination of different geometrical shapes, these three examples of housing developments, more complex due to the way they were put together, were related to the landscape by contrast, using different kinds of systems as a method of design but also using the abstraction as a formal language.
In the Chipre apartments, the unitary image of the whole complex prevails to the idea of recognizing the different parts of the project. The variety of housing and the treating of the façades, inspired by the popular Mediterranean architecture, makes it difficult to understand the way the project had been generated: a regular grid of 2,95x5,19 m. supports all the different typologies of housing represented in the project. On the other hand, the access system and paths, generated through the movement of the units, also generates covered pathways and walk able areas.
In the Madrid apartments, the project is solved by a sequence of six volumes staggered in the field. In this case, the repetition of the module and the homogeneity of the façades don’t reveal the typological variety of the interior either. Each of the three levels contains a different type of housing due to the access system and its relative position in the section. In the middle level, the access to the stairs that permits the access to the upstairs and downstairs, divide the floor in two parts, so the house has to occupy two modules, each one of which is placed in a different volume. The upper level, wider than the other two levels, contains two houses, and the lower level, shorter and mono-orientated, just allows one house.
Cala Viña is projected by different modules of three levels in each one, and two houses in every level. The simplicity of its volume makes you think they are the units of the ensemble. However, the real unit responses more to a functional idea than to a formal one. The access, placed at the interstices of the blocks, conforms an inseparable pack of the two houses located beside it. In fact, this package is the real unit of the project, but it is hidden by the fullness and emptiness of the project.
All this formal diversity of the three projects is thanks to a conceptual systematization as well as to a standard production of all the construction elements presented at that time. Sometimes, traditional elements were used as well, always with a logical preconstruction view, as the woodwork of the façades and the ceramic tiles of 14x25 cm. that define the dimensions of the structure. Also, the careful design of some furniture, such as the fireplace or the benches, shows us an attentive architecture with all the different scales of the project, which takes after the universal components, but also it takes care of the individual elements. It is an architecture made with little economical resources, but not because of that it is less intensive or emotional.
Castellano/
3 CONJUNTOS DE APARTAMENTOS EN EL CAP DE SALOU
A principios de los años 60 los sistemas agregativos definen los primeros conjuntos de apartamentos en el espacio natural y rocoso del Cap de Salou.
A principios de los años 60 se inicia el proceso de urbanización del Cap de Salou, un espacio natural, virgen y rocoso ubicado junto al mar, con unas condiciones paisajísticas inmejorables para el incipiente negocio del turismo de masas. A diferencia del desarrollo depredador de los años 70, las primeras intervenciones, realizadas con programas modestos, se ajustan a la escala del lugar y permiten que la arquitectura se integre de forma natural en el paisaje.
En este contexto se sitúan las primeras obras de Bonet Castellana y Puig Torné, realizadas entre 1960 y 1965, entre las que figuran el plan urbanístico de la zona y algunos ejemplos notables de viviendas unifamiliares y conjuntos de apartamentos como Chipre, Madrid y Cala Viña.
Así como la combinación de figuras geométricas simples es uno de los sistemas formales utilizados por los arquitectos para adaptar las viviendas y los equipamientos al contexto geográfico, los tres conjuntos de apartamentos responden a una lógica de la agregación que genera una gran variedad de soluciones arquitectónicas. Su relación con el paisaje se produce por contraste, utilizando el sistema como método de proyecto y la abstracción como lenguaje formal.
En los apartamentos Chipre, la imagen unitaria del conjunto prevalece sobre el reconocimiento visual de las partes que lo componen. La variada combinación de viviendas, añadida al tratamiento de las fachadas, inspirado en la arquitectura popular mediterránea, ocultan el sistema generador de la forma: una trama reguladora de 2,95x5,19m que define, en todos los niveles, el tablero de juego en el que se disponen las diferentes tipologías de vivienda. El sistema de recorridos y accesos se produce a través de un juego de desplazamientos de las unidades que genera pasos cubiertos y cubiertas transitables.
En el segundo caso, los apartamentos Madrid se resuelven en una secuencia de seis volúmenes escalonados en el terreno. Aquí la repetición del módulo y la homogeneidad de las fachadas tampoco revelan la variedad tipológica del interior. Cada uno de los tres niveles contiene un tipo de vivienda debido al sistema de accesos y a su posición relativa en la sección. En el nivel intermedio, el paso a la escalera que conduce a los niveles superior e inferior divide la planta en dos, obligando a la vivienda a ocupar dos volúmenes contiguos. La planta superior, más profunda que las otras dos, contiene dos viviendas por núcleo mientras que la inferior, más corta y mono-orientada, sólo permite una.
Finalmente Cala Viña se configura de bloques de tres niveles con dos viviendas por planta. La claridad formal de los prismas induce a considerarlos como las unidades del conjunto. Sin embargo el sistema de accesos ubicado en los intersticios de los bloques conlleva a pensar en una unidad basada en el funcionamiento y no en la forma. En efecto, la escalera exterior sirviendo a dos viviendas de bloques distintos constituyen un paquete indisociable oculto tras el juego de contrastes entre llenos y vacíos.
La diversidad formal de los conjuntos se consigue gracias a la sistematización conceptual y a la estandarización de los procesos constructivos acordes a las posibilidades técnicas y económicas del momento. En algunos casos la construcción se resuelve con materiales tradicionales pensados desde la lógica de la prefabricación, como las carpinterías o las baldosas cerámicas de 14x28cm que definen las dimensiones de las crujías estructurales. Además, el cuidado diseño de algunos elementos del mobiliario, como las chimeneas o los bancos, pone de manifiesto una arquitectura atenta a todas las escalas del proyecto, que va de lo universal a lo individual, ejecutada con pocos medios pero intensa y emocionante.
Català/
3 CONJUNTS D’APARTAMENTS AL CAP DE SALOU
A principis dels anys 60 els sistemes agregatius defineixen els primers conjunts d’apartaments a l’espai natural i rocós del Cap de Salou
A principis dels anys 60 s’inicia el procés d’urbanització del Cap de Salou, un espai natural, verge i rocós ubicat a la vora del mar, amb unes condicions paisatgístiques immillorables per l’incipient negoci del turisme de masses. A diferència del desenvolupament depredador dels anys 70, les primeres intervencions, realitzades amb programes modestos, s’ajusten a l’escala del lloc, permetent a l’arquitectura integrar-se de forma natural en el paisatge.
En aquest context se situen les primeres obres de Bonet Castellana i Puig Torné, realitzades entre 1960 y 1965, entre les quals figuren el pla urbanístic de la zona i alguns exemples notables d’habitatges unifamiliars i conjunts d’apartaments com els Chipre, Madrid i Cala Vinya.
De la mateixa manera que la combinació de figures geomètriques simples és un dels sistemes formals utilitzats pels arquitectes per adaptar els habitatges i els equipaments al context geogràfic, els tres conjunts responen a una lògica d’agregació que genera una gran varietat de solucions arquitectòniques. La seva relació amb el paisatge es produeix per contrast, emprant el sistema com a mètode de projecte i l’abstracció com a llenguatge formal.
Als apartaments Chipre, la imatge unitària del conjunt preval sobre el reconeixement visual de les parts que el componen. La variada combinació d’habitatges, afegida al tractament de les façanes, inspirades en l’arquitectura popular mediterrània, oculten el sistema generador de la forma: una trama reguladora de 2,95x5,19m que defineix, en tots el nivells, el tauler de joc en el que es disposen les diferents tipologies. El sistema de recorreguts i accessos es produeix a partir d’una sèrie de desplaçaments de les unitats que genera passos coberts i cobertes transitables.
En el segon cas, els apartaments Madrid es resolen en una seqüència de sis volums esgraonats en el terreny. Aquí la repetició del mòdul i la homogeneïtat de les façanes tampoc revela la varietat tipològica de l’interior. Cadascun dels tres nivells conté un tipus d’apartament degut al sistema d’accessos i a la seva posició relativa respecte a la secció. En el nivell intermedi, el pas de l’escala que porta als nivells superior i inferior divideix la planta en dos, obligant a l’habitatge a ocupar dos volums contigus. La planta superior, més profunda que les altres dues, conté dos habitatges per nucli, mentre que la inferior, més curta i mono-orientada, només en permet un.
Finalment Cala Vinya està configurada per blocs de tres nivells amb dos habitatges per planta. La claredat formal dels prismes indueix a considerar-los com a unitats del conjunt. Tanmateix el sistema d’accessos ubicat als intersticis dels blocs comporta pensar en una unitat basada en el funcionament en comptes de en la forma. Efectivament, l’escala exterior servint dos habitatges de blocs oposats constitueixen un paquet indissociable que queda amagat darrera el joc de contrastos de buits i plens.
La diversitat formal dels conjunts s’aconsegueix gràcies a la sistematització conceptual i a la estandardització dels processos constructius d’acord amb les possibilitats tècniques i econòmiques del moment. En alguns casos la construcció es resol amb materials tradicionals pensats des de la lògica de la prefabricació, com les fusteries o les rajoles ceràmiques de 14x28cm, que defineixen les dimensions de les llums estructurals. A més, l’acurat disseny d’alguns elements del mobiliari, com les xemeneies o els bancs, posa de manifest una arquitectura atenta a totes les escales de projecte, passant de la universalitat a la individualitat, executada amb pocs medis però intensa i emocionant.